jueves, 18 de junio de 2009

El sonido del Tren

Si en anteriores entradas hablábamos del posible estilo del futuro disco de Alejandro, y para ello repasábamos la línea que llevaban los últimos discos publicados, en este artículo quiero hablar del sonido en sí. De la mezcla final.
Cuando escuché por primera vez "No es lo mismo", me llamó muchísimo la atención la intención con la cual Alejandro y Lulo Pérez mezclaron cada uno de los instrumentos. Baterías con mucha personalidad, bajos muy emotivos que te envuelven sin querer desde el principio... La variedad de matices del disco sorprendió a todos. Realmente quedó una obra maestra, también, en el aspecto técnico.
Algunos temimos echar de menos los arreglos, casi orquestales y tan minuciosos, de Emmanuel Ruffinengo, pero Alejandro, sabedor de que con Ruffinengo había llegado hasta donde había querido, necesitaba explorar el reto de grabar con músicos diferentes y de sacar sonidos diferentes. Tenía mucho que decir. Y esos temores se convirtieron en un nuevo mundo de posibilidades.
Si el sonido de "No es lo mismo" sorprendió por su amplitud de matices y por su perfección técnica (vamos que se escuchaba perfecto), "El tren de los momentos" no nos dejó indiferentes. En este caso por la búsqueda de la sencillez y por el abandono del equilibrio y de la perfección sonora como máximo fin. No olvidemos que "El Tren" fue grabado prácticamente en casa de Alejandro y que Alejandro antepuso la espontaneidad y la improvisación a la perfección técnica. El estudio que tenía Alejandro en casa cuando grabó este disco no tenía nada que ver con el que estrenó hace poco, y en el que ha estado preparando el futuro disco. Y mucho menos tenía que ver con los estudios profesionales en los que grabó sus anteriores discos.
Alejandro entregó unas maquetas a Tom Russo grabadas en casa, y le dijo que de esas pistas quería hacer un disco, que además iba a tener una promoción mundial. Imagino la cara de Russo, recibiendo una maqueta casera, él que estaría acostumbrado a mezclar sonidos grabados en los mejores estudios del mundo.
Supongo que entre las peticiones que le hizo Sanz a Russo, una de ellas estaría en aumentar, en la mezcla, el nivel sonoro de los sonidos graves (bajo, loops...). Es lo que se percibe al escuchar el disco. A mí que me gusta ajustar la ecualización de mis aparatos de sonido reforzando los graves (para escuchar mejor las melodías del bajo), cuando escucho "El tren de los momentos" tengo que reducir un poco el ajuste de las frecuencias bajas, porque Alejandro y Tom lo preajustaron así en la mezcla.
Otra de las sensaciones que dejaron Alejandro y Tom en el disco, es la espectacularidad con la que van apareciendo sonidos nuevos cada vez que escuchas el disco (me refiero sobre todo en las primeras escuchas). Sorprende, fundamentalmente, porque el sonido con el que trabajaron no era tan perfecto (en cuanto a parámetros técnicos) como en los discos que grababa en estudios profesionales. Se aprecian nuevos sonidos a medida que vas escuchando el disco. Coros escondidos en primeras escuchas, percusiones sinuosas... es como si escucharas una grabación diferente en cada escucha... Quizá también, porque salen de la improvisación, por ser inesperados en el oyente, por su poca previsión.
Por eso el sonido del Tren es especial. Necesita una escucha minuciosa para poder apreciar parte de su esencia. Va más allá de las letras, de las armonías y de las melodías. Busca, hasta en el aspecto técnico un sonido personal. Si hay que buscarle un fallo, un error, a esta obra de arte, en la que Alejandro abre "literalmente" las puertas de su casa de Miami (nos mete hasta la cocina, donde cocina sus platos más especiales... sus canciones), ese sería su fallo. Ser un disco para minorías, distribuido para todo el mundo. Un disco maduro, con distribución comercial.

Pd: Según la encuesta, más del cincuenta por ciento de los votos dicen que el disco saldrá entre octubre y noviembre de 2009. Seguiremos esperándolo.

Pd2: He puesto una nueva encuesta, dejad vuestros votos...

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