He dejado pasar un poco de tiempo. He querido escucharla, y reescucharla varias veces. Disfrutarla, y sumergirme en ella. Buscar sus rincones y pasearme por cada uno de ellos, hasta por los más escondidos. He querido dejar que sea el sueño de varios días (el sueño entendido como el estado de alguien al dormir, no como el estado de una persona despierta que no ha podido dormir durante días), termine de forjar la idea que tengo de esta canción. He querido que pasara todo eso antes de dejar mi opinión.
Si hubiera dejado mi opinión tras la primera o segunda escucha, aún habiendo escuchado unos días antes los 30 segundos de adelanto, todo habrían sido elogios y maravillas. Sonido sorprendente, detalles sorprendentes, melodía pegadiza pero con trasfondo... arreglos sencillos, estructura sencilla pero nada previsible... algo casi perfecto (por aquello de que lo perfecto no existe, o eso dicen).
He intentado disfrutarla al máximo para ver hasta dónde llegaba. Y no tenía fin, no tenía límite. No tenía peros. Escucha tras escucha, siempre quedaba la sensación de querer escucharla otra vez más.
Tras tantas escuchas, he llegado a la misma conclusión del primer día... pero reforzada por no haber sido deteriorada por el paso de escuchas. Creo que ha vuelto a salir otra obra maestra, sí. No cabe duda. Otra vuelta de tuerca, otro estilo, otra vez vuelve a demostrar que va por delante de los estilos y de las tendencias.
Si conceptualmente y musicalmente, la canción sorprende y emociona... no he podido pasar por alto el trabajo técnico. Técnicamente, la canción muestra un sonido muy bien elaborado. El toque de Bob Clearmountain y de Tommy Torres se notan. Han encontrado un equilibrio técnico y sonoro con pocos elementos. Ni un sonido de más, y con espacio para introducir trozos de paraíso. ¡Qué más se puede pedir...!
El proceso compositivo de la canción también ha sido distinto. Cuatro amigos, una noche y un barco. Se notan los retazos de los amigos en la canción, pero no la alejan de ser una canción puramente Sanz (de espíritu y resultado). Hay mucho de Alejandro en la canción.
Si en el anterior disco Alejandro nos invitaba a entrar en el estudio de su casa (el lugar en el que había elaborado el disco), este trabajo comienza invitándonos a formar parte de su nueva etapa, cargada de optimismo. Nos invita a subirnos a ese barco, con sus amigos, a buscar el paraíso.
Looking for paradise!!!
miércoles, 30 de septiembre de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)