Bueno, después de casi un mes desde que pudimos escucharlo. Después de darle unas cuantas vueltas a cada una de sus canciones. Puedo decir sólo eso, las primeras impresiones de este tan esperado disco.
Digo esto, porque me resulta un tanto molesto leer, una y otra vez, a teóricos críticos, autodenominados expertos (o denominados por su propio medio donde publican), decir lo mismo y no aportar nada. Y es que, en esto de la música, por mucho que sepas, por mucho que hayas estudiado y por mucho que hayas leído o tocado... no puedes opinar sobre algo sin haberlo escuchado antes. Y digo escuchado, bien escuchado.
¿Cómo se escucha un disco? No lo sé. Tal vez no haya un método definido. ¿Es mejor escucharlo acostado, en el coche, o dando un paseo por la casa mientras te arreglas para ir a dar un paseo? Quizás dependa de cómo te apetezca escucharlo, eso sería lo más lógico. Al menos es lo que yo hago.
El problema es cuando escuchar un disco se convierte en un trabajo. Quizás las primeras veces el trabajo y el gusto por la música se puedan compatibilizar. Pero debe llegar un momento en el que tiene que ser imposible y, por mucho que quieras, tienes que empezar a establecer rutinas, reglas... para finalmente escoger tan sólo esos detalles que te permitan escribir el dichoso artículo que tienes que publicar.
No estoy cuestionando la profesionalidad, la calidad, ni el trabajo de nadie. Simplemente digo que esa no es la forma en la que me gusta la música. No me gusta leerla, me gusta escucharla. Es la única forma en la que realmente llegas a sentirla. Al menos esa es mi impresión, mi humilde opinión.
Y hablando de opinión, creo que de eso es de lo único que se puede hablar en estos casos. Intentar hacer que suene a objetivo es poco menos que perder el tiempo. No puedo decir que un trabajo es mejor que otro, cuando realmente no hay ítems que permitan compararlos. Y si nos referimos a los discos de Sanz, lo tenemos realmente complicado. Donde en cada uno de ellos ha llegado justo al lugar que quería llegar, pero utilizando distintos caminos (podríamos hacer la metáfora; unas veces ha querido ir por caminos rurales, otras por urbanos, otras paseando por la costa...).
Aclarado esto o, mejor dicho, liando el comienzo de un post que no debería tener nada que ver con esto. Puedo hablar de las primeras impresiones de este Paraíso Express que tanto estábamos esperando. Digo primeras impresiones, porque queda mucho por descubrir aún...
Fíjate. En lo primero que me fijé al escucharlo (lo dejo así, aunque suene redundante) fue, quizás, en lo que menos debería haberme fijado. Pero fue como un acto reflejo, no lo pude evitar. Lo primero que observé fue el sonido, la mezcla, la obra de ingeniería sonora. Lo primero que observé en ella fue la fuerte presencia de graves, continuando así la tendencia iniciada en "El tren de los momentos" y que en algún post ya os comenté. Esto me dio qué pensar; quizás fuera deseo del propio Alejandro, o tal vez fuera coincidencia de los encargados de sonido que han estado en los últimos discos. No sé hasta qué punto han podido ser deseos de Sanz. El caso es que en estos dos últimos discos, la fuerte presencia de medios y medios-agudos de anteriores discos se ha visto movida hacia una mayor presencia de graves (puede que se le dé más importancia al bajo en las composiciones, no me atrevo del todo a valorar esto). Como cambios significativos en este aspecto, respecto al "Tren": hay más brillantez en las guitarras (acústicas), una mezcla muy diferente en las voces (que aunque pueda recordar a trabajos de otras épocas, han llevado un proceso bien distinto al de dichas épocas), y... no sé, me queda mucho por descubrir.
En cuanto a las canciones. El disco no tiene desperdicio. Unos días quieres empezarlo por un sitio, otros por el lugar opuesto. Tiene de todo. En líneas generales, el estilo ha cambiado. Parece ser más fácil de escuchar de primeras. En las primeras escuchas me dio la impresión de que Alejandro había renunciado a ciertos recursos, con la intención de hacer el disco más "audible" en las emisoras de radio. Tras varias escuchas, ví que estaba bastante equivocado. He estado observando que, en realidad, ha sabido introducir todos esos recursos de forma que para acceder a ellos tengas que ir tú a buscarlos. No te los tropiezas a las primeras de cambio, pero están ahí presentes.
Los arreglos. Alejadro los denomina "Brit pop" o "Pop-rock". El resultado realmente es espectacular. Diferente, grande, cómodo y nada superfluo.
Queda mucho por hablar de Paraíso Express. Seguiré más adelante. De momento, el sábado tengo una parada en el Teatro Compac. Tal vez me haga ver cosas nuevas de este disco. De lo que no cabe duda es de que voy disfrutarlo. Ya os contaré...
miércoles, 2 de diciembre de 2009
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